martes, 21 de julio de 2009

Puedo Volar!

Este fin de semana volé, en verdad, me despegue del suelo y por un momento sentí la libertad que experimentan las aves.

El sábado empezó como un día tranquilo, teníamos ya el plan de asistir a una boda, todo iba bien hasta que en la regadera mientras me bañaba dramáticamente cayo la botella de Shampoo sobre el dedo gordo de mi pie derecho… AHHH!! Que dolor!! y después de unos minutos la situación parecía haber quedado solo como un doloroso recuerdo, sin preocuparme mas por el asunto.

El día siguió su curso y llegamos a la boda, ( la boda merece una historia aparte, que luego compartiré) y todo iba bien, amena conversación y muchas carcajadas en la mesa, de pronto la voz del micrófono, dice aquellos que están el la mesa. Amigos del novio, vengan acompañemos los novios a la "víbora de la mar" jaja, pensé en ese momento, dispongámonos a ver como corre la gente, mas luego la insistencia del animador y la mirada del novio diciendo: " eh, párense no me dejen solo"… me hicieron pensar que seria divertido corretear, total hace mucho que no hago esto, y me dije a mi mismo y repetí para los presentes en la mesa.. "pos vamos con el Benjas, pa' que no se sienta".

Y empezamos, el ritmo marcaba el brincoteo en la fila, y el que la dirigía se encamino rumbo a las mesas, la velocidad iba en aumento y de pronto aquello se convirtió en una mezcla de carrera con obstáculos, campo minado y córrele que te alcanzo, en pocos segundos ya íbamos corriendo aceleradamente, brincando sillas derribando otras, yo siendo jalado del brazo derecho y con el izquierdo imprimiéndole velocidad a los pasos del que me seguía. Varias vuelta entre las mesas iban mejorando la habilidad de algunos para vencer o esquivar los obstáculos del camino, volvimos al centro un par de veces para cumplir pasando por debajo del arco formado por los brazos de los novios; conforme el ritmo aumentaba, perdíamos elementos en el camino, algunos se reintegraban a la fila a velocidad estrepitosa pues no querían perderse de aquella gran aventura, todo se conjuntaba en aquel maravilloso momento, velocidad, fuerza, lucha, sin embargo al poco rato…la falta de costumbre al ejercicio de esta naturaleza empieza a cobrar su factura, siento como el aire se va acabando, mi corazón acelerado mis pulmones necesitaban mas aire, los músculos de mis piernas exigían detenerse , pero la inercia y aun mas el orgullo no me permitirían detenerme, "esto no se acaba hasta que se acaba" decía mi razón y mi masculinidad orgullosa… de Pronto, sentí que algo andaba mal, un dolor se me clavo como una estaca queriendo atacar el corazón de mi vampirezco orgullo…el dedo gordo del pie derecho!! El mismo que había pasado al olvido tras el golpe de en la mañana, y que parecía no tendría mas repercusiones,

Quede envuelto en la confusión del movimiento, la inercia me tenia aun corriendo, mi ritmo cardiaco al máximo, y el dolor que se agudizaba, fracciones de segundo que parecían eternas, Así confundido, adolorido y perdiendo control de mis movimientos, Saliendo del centro de la pista vamos hacia las mesas de nuevo, brincando una silla, se aproxima una curva cerrada para rodear unos arbustos y ahí justo en la curva mi pie izquierdo entra al rescate, se extiende y detiene su marcha con la orilla de una jardinera,

La inercia y el jalon del brazo derecho me llevan a despegarme del suelo, elevando así el vuelo, casi tomando la posición que nos recordaría al superhéroe mas conocido, Superman, Con un brazo al frente y el resto del cuerpo en total posición horizontal. Sentí la libertad del viento, y Volé… si mantuve el vuelo por unos cuantos metros, mientras giraba sobre mi propio eje, para aterrizar suavemente con la espalda al pasto. Fue ahí cuando note la mirada de asombro de los pocos testigos, pues tuvieron la oportunidad de presenciar el esplendor de un volador, se que realmente quedaron impactados, pues algunos me extendieron su mano para saludarme, y querían que me pusiera de pie me imagino que para poder felicitarme por tal hazaña, pero yo aun estaba extasiado por la experiencia.

El resto de la fiesta se lleno de sonrisas y buenos deseos, pues algunos de los testigos, no pudieron contener su asombro y lo platicaron al resto de los asistentes, que fui yo… aquel valeroso corredor, que emprendió el vuelo detrás de los arbustos.!!!

Puede Volar…

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