Pensando en porque no fluyen las palabras como yo quisiera, o porque no puedo escribir tanto de mi musa, de mi tesoro, del amor, de la música... de todo lo que tengo dentro. Pero a veces hay tanto ruido que no puedo saborear lo que estoy pensando.
El ruido sabe a desconcierto, a confusión y tiene un ligero sabor a mal humor, pero es que cada ves que intento saborear una idea y sacarle todo su jugo, el ruido aparece, no solo el ruido como suena, sino el que se siente el que lleva a las ideas a otra parte, que las revuelve, las enreda y termina por perderlas. Las preocupaciones por cosas que no podemos solucionar en el momento, por situaciones que hay que esperar, generan un ruido aturdidor y no escuchamos el latir del corazón de quien esta a nuestro lado. el ruido a mi alrededor me ha dejado callado tantas veces que no he podido decirte mujer que te amo aunque lo siento cada día, no te he dicho amigo que me preocupas, que te leo, que estoy pendiente de ti aunque si lo hago, no te he dicho Hermano que eres un regalo. en fin EL ruido ensucia tanto que quisiera callarlo, y empezar a vivir en silencio, para poder cantar, para poder escribir, para poder tocar para caminar cada día disfrutando y saboreando pensamientos.
Voy a empezar a callar el ruido, y como dice esta canción que les dejo, escuchar la lluvia cuando limpia la ciudad. no voy a dejar que cosas ajenas a mi control me provoquen ruido, Pues poderoso Gigante respalda mi vida (fil. 4:13).
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